24 horas sin celular
Llevamos en
nuestro bolsillo una herramienta que condiciona por completo nuestra vida, solo
que ignoramos la magnitud de dicho condicionamiento. Sin pensarlo demasiado
trabajamos, pensamos, estudiamos, nos relacionamos y percibimos el mundo usando
nuestros teléfonos inteligentes, son lo primero que vemos al despertar y lo
último antes de dormir, pero ¿qué pasa si no los utilizamos durante un día entero?
Si están dispuestos a aventurarse hacia las 24 horas de “desdigitalización”
parcial, seguir los consejos en este artículo puede ser fundamental para su
supervivencia.
El desafío
radica en lograr la mayor desconexión posible en un día cotidiano, actualmente
resulta inverosímil una “desdigitalización” total, sin embargo, para el éxito
de esta campaña todas las redes sociales, aplicaciones de mensajería y medios
de comunicación online quedan prohibidos, incluso el uso del internet debe ser
exclusivo para cosas absolutamente improrrogables.
La preparación es la clave para el éxito, su
día sin teléfono celular debe ser agendado y organizado con antelación para
evitar inconvenientes. Lo primero que va a necesitar es un reloj despertador,
no se deje sorprender, como yo, por la ausencia de la alarma diaria ya
programada. Al continuar la mañana, sentirá angustia por la falta de
información, no desespere, medios clásicos como la televisión, radio o incluso
el periódico son capaces de brindar estímulos similares.
Para
realizar su actividad cotidiana con la mayor normalidad posible y evitar la
ansiedad que su bolsillo vacío comenzará a producir procure abastecerse de
distractores apropiados, pelotas anti estrés, libretas para dibujo o revistas son
buenas alternativas, contrariamente objetos como tapas de esfero, llaveros o
uñas pueden resultar contraproducentes.
Trate de
anticiparse a los pormenores, confirme sus compromisos, tenga anotados los
contactos importantes y asegúrese de que familiares, amigos, compañeros de
trabajo y pareja estén al tanto de la dificultad para su localización durante
el día. Si va a dirigirse hacia un lugar desconocido, consulte la dirección con
anticipación (advertencia: es probable que tenga que preguntar a los
transeúntes por indicaciones). Detalles como estos son los que harán su día más llevadero.
Ya entrada
la tarde, su campo de atención, sin la escapatoria habitual, comenzará a
focalizarse en detalles antes inadvertidos, relájese y no se abrume al notar nuevos
lugares, sonidos y sensaciones. Otra novedad que tendrá que enfrentar es una
exagerada interacción con otras personas, esta actividad es similar a las
conversaciones por whatsapp, pláticas disfrutables pueden conseguirse si presta
atención, alarga sus respuestas y sonríe moderadamente. Sin embargo,
probablemente la mayor dificultad que experimentará será la falta de un
teléfono como escapatoria a momentos incomodos o escenas desagradables, para lo
que es recomendable tener ya preparada una lista con excusas para poder
retirarse educadamente o centrar su atención en los distractores ya mencionados.
Finalmente,
en la noche la televisión o incluso un libro pueden ayudar para conciliar el
sueño. Puede también reflexionar sobre las emociones de su “desdigitalización”,
si es que siguió los consejos en este artículo es probable que haya sobrevivido
a una experiencia muy enriquecedora, pues, al fin y al cabo, se relacionó mejor
con sus semejantes, descubrió nuevos detalles en lo cotidiano, descansó del
bombardeo mediático, cambió de actividades y ahora probablemente podrá dormir sintiéndose
un poco más libre.
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