miércoles, 26 de octubre de 2016

Peripecias del diario andar de un ciclista urbano



Parece irónico pensar que los escasos 4 kilómetros que separan mi casa en la avenida Loja y la Universidad del Azuay, los transito en 20 minutos si uso el carro,  y en la mitad si uso mi bicicleta. Irónico o no, es una realidad de nuestra ciudad que, entre otras de índole similar,  me llevaron a dejar el auto en casa y moverme dos ruedas.

 Realmente con el tiempo he comprendido que andar en bicicleta tiene un sinnúmero de beneficios, los cuales me han hecho preferir por voluntad propia esta actividad,  sin embargo cuando comencé a sentirme un ciclista urbano en Cuenca comprendí que esto puede conllevar ciertas eventualidades.  

Andar en bicicleta por la ciudad en horas pico, puede ser realmente peligroso, personalmente dos veces he sufrido accidentes menores. Me gustaría decir que han sido mi culpa y he aprendido a ser más precavido, pero realmente no es así. Lo cierto es que Cuenca aun no está preparada urbanística ni culturalmente para los ciclistas.

 Principalmente porque no existen ciclo vías suficientes, desde mi punto de vista como ciudadano común no puedo nombrar más de tres rutas para bicicletas y no son muy largas. Un trayecto sin ciclo vías implica la necesidad de circular las calles, redondeles y grandes avenidas de la misma manera que lo haría un auto.
  
La ruta diaria sin ciclo vía la vivo al máximo cuando siento todo el pelo  levantarse por un bus que pasó  raspándome la oreja, y empeora cuando  enfrento a los conductores que piensan que las bicicletas no deben andar en la calle como uno de ellos.  En verdad creen que el ciclista está cometiendo una imprudencia al ponerse al mismo nivel de un carro (probablemente lo sea) y para estos, a pesar de que las señales de tránsito, el orden para circunvalar y demás les indiquen que deben hacerlo, es inconcebible ceder el paso a una bicicleta. 

Con la experiencia he descubierto que lo único que les hace frenar es cuando de no hacerlo podrían matar a alguien, si esta peculiaridad no llega a darse no te respetarán. Es por  eso que un buen ciclista en Cuenca debe acostumbrarse a tantear a diario el latente instinto homicida de los conductores, con suficiente suerte los instintos nunca saldrán a flote.  

La otra opción ante la falta de ciclo vías es usar la vereda, sé que está multado por la ley, sin embargo hay ocasiones en las que no hay alternativa. A veces, los autos son simplemente demasiados, su velocidad muy alta y  su agresividad imposible de enfrentar, esas veces es preferible simplemente sonar una campana para alertar a los transeúntes y andar con cuidado.  

Por enfrentar estas peripecias me han sido inevitables conflictos para los cuales la única solución fueron actos, gestos y palabras poco agradables. Los ciclistas aumentan porque la ciudad está poco a poco colapsando por el tráfico. Por lo tanto la Cuenca, tanto a nivel institucional como ciudadano, debería prepararse mejor para evitar que los ciclistas tengan que enfrentar este tipo de situaciones que ponen en riesgo su integridad.

jueves, 6 de octubre de 2016

Videojuegos como forma de arte

Giovanni Sartori plantea la tesis de que debido a la televisión y la tecnología el hombre moderno está cambiando su forma de percibir la realidad con pensamiento y abstracción por procesos cognitivos cortos e imágenes instantáneas, que dejamos de ser homo sapiens para convertirnos en homo videns. Según Sartori esto supone una regresión en la cultura y un empobrecimiento en el intelecto de las personas, para el individuo común ver y entender o pensar son opuestos: “es verdad que no hay integración, sino sustracción y que, por tanto, el acto de ver está atrofiando la capacidad de entender.” (Sartori, 1998) Hoy, casi 20 años después me atrevo a contradecir a Sartori y a proponer que las últimas tecnologías pueden fundirse creativamente con recursos clásicos para producir contenidos inteligibles, completos y de calidad.

¿Qué actividad requiere más pensamiento abstracto e imaginación que el arte? El arte es la forma más sublime de ejercitar el intelecto, agitando la sensibilidad, las obras artísticas despiertan emociones y reflexiones únicas en los espectadores. Normalmente se habla de las 7 bellas artes (danza, escultura, música, pintura, arquitectura, literatura y cine), pero ¿puede integrarse a este grupo un fenómeno cultural característico de nuestra generación? ¿Puede un videojuego ser considerado arte?
Picasso dijo que el arte es una mentira que nos acerca a la verdad, el artista crea algo para expresar sus pensamientos y emociones, y son las respuestas propias y las del público las que dan vida a su creación. El sufrimiento, felicidad, amor, incertidumbre y demás sentimientos que puede despertar el arte, son la verdad de la que habla Picasso. Son elementos como la curiosidad que despierta una novela, la armonía de una buena canción o el impacto de un cuadro surrealista, los que conforman la esencia del arte, elementos que pueden apreciarse fácilmente en un buen videojuego moderno.

En un videojuego se mezclan elementos de narrativa, por la historia que cuenta, musicales por su propia banda sonora, pictóricos por la belleza de los ambientes y personajes, a veces incluso arquitectónicos y esculturales para la creación de sus escenarios 3D. Son un paso más allá del cine: En adelante, el videojuego ya no necesitará imitar al cine para existir, porque propone hipótesis que el cine nunca ha podido formular, además de emociones de otra naturaleza (…)  Los videojuegos no son únicamente un fenómeno social, son el cruce esencial para redefinir nuestra relación con el mundo narrativo en imágenes, y contribuyen a desarrollar lo que formuló Godard (“Una película: entre el activo y el pasivo, entre el actor y el espectador”)” (Mark J.P. Wolf, 2005)

Aunque existen curadores ortodoxos y anticuados que niegan esta nueva forma de arte, hay casos en los cuales los videojuegos ya han sido aceptados como arte. Alain y Frédéric Le Diberder, en su libro de 1993 Qui a peur des jeux vidéo? , afirmaron que, después de los seis artes clásicos y los tres artes nuevos (el cine, el cómic y la televisión), los videojuegos eran el décimo arte” (Mark J.P. Wolf, 2005). También en Estados Unidos en el caso “Brown vs. Entertainment Merchants Association” la corte suprema reconoció a los videojuegos como discurso protegido de la censura por la primera enmienda poniéndolos al mismo nivel que la música o los libros.

Un videojuego es arte, no solo por su contenido, sino por la manera de conectarse con su público. Lo lúdico es una forma sutil de aprender, relacionarse, reflexionar y sentir. Anteriormente la corriente artística dadaísta concibió al juego como una forma de hacer arte: “El dadá representaba un tipo de libertad totalmente ecléctica de experimentación, consagraba el acto de jugar como la más alta actividad humana y sus principales herramientas eran la posibilidad y el azar: Rechazados por los mataderos de la guerra mundial nos volvimos hacia el arte, escribió Jean Arp, el más dotado de los Dadá Zurich.” (Hughes, 1980)
Spacewar, considerado el primer videojuego de la historia.

Muy atrás quedó ya el viejo PONG y su dinámica simple, hoy en día los videojuegos son piezas complejas que nos obligan a razonar y ajustar nuestra coordinación ojo mano para ir desarrollando una trama narrativa en la que nos inmiscuimos gracias a recursos puramente artísticos. No nos limitamos solo a ver, como decía Sartori, ahora pensamos, sentimos y experimentamos una pieza cultural.

“El videojuego puede acercarnos a medios de creación inéditos y a propuestas prácticas de diseño con posturas éticas y políticas que hagan evolucionar tanto el medio en sí mismo, como la creación artística contemporánea” (Caterón, 2012). Concluyo diciendo que los videojuegos no solo son una forma de arte, sino que, gracias a las posibilidades tecnológicas como la realidad virtual y a su naturaleza interactiva y multiplataforma, pueden llegar a ser la experiencia artística más completa de todas.  
Videos relacionados:
·        Charla TedX videojuegos y arte: https://www.youtube.com/watch?v=MARBCzcO1wg
·        Trailer videojuego “Journey” de thatgamestudios, compañía que define su misión como “crear entretenimiento interactivo y atemporal que haga un cambio positivo a la psique humana en el mundo”:  https://www.youtube.com/watch?v=PjqAN7apHKM

·        Bibliografía
Caterón, L. S. (2012). Arte y videojuegos: mecánicas, estéticas y diseño de juegos en prácticas de creación contemporánea. Facultad de bellas artes, Universidad complutense de Madrir.
Hughes, R. (1980). The shock of the new.
Mark J.P. Wolf, B. P. (2005). INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DEL VIDEOJUEGO. FORMATS.
Sartori, G. (1998). Homo Videns.


Damián Aguilar Rodas